Serenidad de la noche
Tanto roe el fuego los filos de la noche,
tanto se alejan indiferentes
las luces crepusculares,
tanto frio viene de desnudas bocas,
que los callejones se estremecen
con un resorte irreal
de iglesias y parpados
sumidos en olores ásperos
de mohos y canticios solemnes.
Prisiones tapiadas se hacen presencia
por los bajos arboles de las gándaras
y un cuchicheo de ofidio presto
trae rumores de hojas descompuestas.
La noche trenza un viento lento
sobre ábsides y refugios vítreos
con los barandales del rio,
que rompen los perfiles de las creencias.
Los sueños que viven en los doseles del cielo
no se atreven con el silencioso talismán
de los instintos y estertores.
Puede más el picor de las pupilas
dilatadas en los búhos absortos
de los ventanales encendidos.
Las estrellas desnudan las avenidas
por donde ninguna voz se aventura
a levantarse de las piedras negras
de la oscuridad y el olvido.
Flaquean las sensaciones y temblores
del hombre vivido
que en la suntuosidad sideral
arroja grandes piedras
para que la tristeza sea barrida,
y los ojos se cierren, por fin,
bajo la silenciosa boca de la astronomía
callada y parpadeante.
Tanto roe el fuego los filos de la noche,
tanto se alejan indiferentes
las luces crepusculares,
tanto frio viene de desnudas bocas,
que los callejones se estremecen
con un resorte irreal
de iglesias y parpados
sumidos en olores ásperos
de mohos y canticios solemnes.
Prisiones tapiadas se hacen presencia
por los bajos arboles de las gándaras
y un cuchicheo de ofidio presto
trae rumores de hojas descompuestas.
La noche trenza un viento lento
sobre ábsides y refugios vítreos
con los barandales del rio,
que rompen los perfiles de las creencias.
Los sueños que viven en los doseles del cielo
no se atreven con el silencioso talismán
de los instintos y estertores.
Puede más el picor de las pupilas
dilatadas en los búhos absortos
de los ventanales encendidos.
Las estrellas desnudan las avenidas
por donde ninguna voz se aventura
a levantarse de las piedras negras
de la oscuridad y el olvido.
Flaquean las sensaciones y temblores
del hombre vivido
que en la suntuosidad sideral
arroja grandes piedras
para que la tristeza sea barrida,
y los ojos se cierren, por fin,
bajo la silenciosa boca de la astronomía
callada y parpadeante.
hacemos camino y volamos en sueños eternos
ResponderEliminarla noche nos envuelve con su manto de sensaciones inciertas, la magia titila en cada pupila y en cada verso de tu canto
besitos de luz
ten una semana preciosa
Te he descubro por casualidad, pero me encanta tu poesia. Con tu permiso me llevo tu blog hasta el mi, y te hago un huequito para poder regresar amunudo para leerte.
ResponderEliminarEnhorabuena por tus letras.
Un abrazo.
Que talismán tendrá el poder de barrer la tristeza?...
ResponderEliminarPerfecto, este poema me ha parecido magnifico, de gran valor poético.
Enhorabuena
Abrazo
Yo no entiendo de poesía, solo entiendo de si me gusta o no me gusta, y esta me ha gustado. La canción de fondo, es preciosa.
ResponderEliminarUn beso!
El misterio de la noche en un fantástico poema que te atrapa de principio a fin, felicidades.
ResponderEliminarUn abrazo y mi admiración.
Flaquean las sensaciones y temblores
ResponderEliminardel hombre vivido
que en la suntuosidad sideral
arroja grandes piedras
para que la tristeza sea barrida,
y los ojos se cierren, por fin,
Tremenda forma de definirlo...
Ha sido una desgutación léxica esta.
Con cariño, esencia.
Guardo silencio, me ha gustado mucho, Perfecto.
ResponderEliminarBesos, abrazos
Ío
Perfecto...
ResponderEliminar"Las estrellas desnudan las avenidas
por donde ninguna voz se aventura
a levantarse de las piedras negras
de la oscuridad y el olvido."
que profunda y hermosa tristeza!!! ruedan por la noche tus versos embebidos de viento y el eco del poema!!!
gracias amigo querido por compartir!!
hermosos días!!!
beso!!!
elisa...lichazul
ResponderEliminarGracias, Elisa, por estas bellas palabras.
Que tengas tu también una semana jubilosa.
Besos.
Ignacio Bermejo
ResponderEliminarBendita casualidad que te trae. No necesitas de mi permiso, esta es tu casa. También visitaré tu blog. Muchas gracias por tus palabras.
Un abrazo.
TriniReina
ResponderEliminarGracias, amiga Trini, por tus amables palabras. Aprecio en mucho tu opinión. Gracias.
Un abrazo.
Gata Negra
ResponderEliminarLa poesía no hay que entenderla, hay que saber saborearla.
Gracias por tu sinuosa visita y por tu amabilidad.
Un beso!
Paloma Corrales
ResponderEliminarCada noche tiene lo suyo.
Gracias Paloma por tus palabras, siempre estimadas y bien recibidas.
Un abrazo.
Esencia
ResponderEliminarAmiga mía, me alegra mucho que te haya gustado este poema. Gracias por esta visita tuya.
Un abrazo.
Ío
ResponderEliminarAprecio también el silencio. Gracias, amiga mía.
Besos, abrazos
Ursula
ResponderEliminarGracias, amiga mía, por dejar tu huella personal en este poema con tus palabras. Me alegra que te haya gustado.
Besos.
La fuerza absoluta de la noche sobre los estados emocionales; se pueden esconder de su propio terror o iluminarse por la impunidad de lo oscuro.
ResponderEliminarExcelente poesía.
Un abrazo, poeta.
Daniel
ResponderEliminarGracias, Daniel, por tus palabras. Me alegra encontrarte por aquí.
Un abrazo.