Padre
Me diste la fuerza, el alma, la incredulidad y el aliento, la fuerza insisto, y el desgarro.
La libertad sin castigos, las alas, el cimiento, la soledad y la instrospección.
El latido, la rebeldía, la copla y el pasodoble, el fútbol, la vida, la humildad cubierta de arrogancia, las astas de un toro, el desparpajo, la cultura, mi francés, la guitarra sin solfeos, el piano a medias, mi literatura y mis sueños, Roma, París, y los viajes que nunca me prohibiste.
Me diste un yo cargado de futuro y de presente prometiéndote no olvidar el pasado del que llegaste.
Quijotes desprendidos de un árbol cargado de realidades.
Sin golpes, y siempre cómplices de gacetillas y de radio. De cigarrillos fumados a escondidas, de canciones cantadas a deshoras.
Padre.
Hoy ya sin ti ese pan que me como no me sabe a nada cada día.
Ortografía
Mar de arena que acunas desencantos
meces incautas certidumbres,
e incólumes incertidumbres desperezas.
Por ese mar de rocas, hastiado,
el exánime puerto adormece
como silencio lobrego y sombrío.
Te leí por mares de ajados destinos
por primaveras de leviatanes y leyendas
anduve por tu entidad entera, marcando
léxico y diccionarios, medulas, raices
con faltas de ortografía, en mitad de la historia
sin sinónimos
ni antónimos,
con o sin puntos suspensivos…
o sucesivos
desarropando mi savia cuya resina
desperdigada
iba a morir
en la comisura de tus besos.
Fui leyéndote en cada poro,
en cada tosco suspiro.
Fui recorriéndote por las
disolutas exclamaciones de tu boca.
Y por tu sexo fui explicando mi gramática
alterando tu sintaxis
amasijo de verbos y sujetos
tachando, borrando, subrayando
preposiciones, proposiciones
de espacio
de tiempo
de modo
sin maneras.
Y así,
difuminados en un universo de fonemas
ya sin reglas
desprovistos de comas
el sentido desparramaba
tu semen por las páginas
de los libros
en la escritura eterna
ya imborrable
de mi cuerpo.
Pateras
Rocas incrustadas en la pared,
con los años a cuestas
en el cuerpo que se arrastra
en un mar o en el cemento obsceno
como una guarida frente a la miseria
del tiempo que cesa y que no cesa
que se acumula en barcazas sin destino,
adosado a espaldas de la tierra.
Añoranza de un aroma de especias,
de comino, anís y harissa
como tus labios rojos que perdieron
el carmín en los silencios
de un asfalto ceniciento.
Tu boca. Ta bouche
Tu boca, semilla invertebrada
luna y penumbra de paladares inciertos
gime, aletea, me adormece en
atardeceres
de noches sombrías.
Tu boca, exangüe y libre, explora mi cuerpo
en eternidades de mieles despavoridas
que arrastran el polvo de mi barro
en madrugadas
de entregas en
mil resuellos con su espuma.
Cha cha chá y de pasitos va.
Espero que el Burdeos se enfrente a cierto cava catalán en el final de un culín.
Por fin puedo sacar la Harley y recorrer sin casco mis apuntes por la carretera sinuosa de mi memoria.
A ciertos enfermos y ancianos los cardenales les sirven para purgar sus abusos.
Cierto Messias se está haciendo de oro con tanta plata.
Frente a tanta corrupción, les robé gafas de sol a los ladrones de gafas.
Ante E. Badinter y S. Weill el burka es un velarse el por qué seguir maltrándose el propio sexo sin necesidad de campañas con tarjetas rojas.
Cuando se exigen tantas responsabilidades, me siento orgullosa de ser una irresponsable.
Lo único que es capaz de dolerme hoy día es seguir encontrándome con un recién nacido en plantas de reciclaje.
Por lo demás mis moléculas infantiles jamás estarán suspendidas esperando morirme triclonada por mi época.
Hoy quiero presentar a Eva La Zarzamora, o al menos así se denomina ella en su blog http://eva-la-zarzamora.blogspot.com/. Yo la vengo siguiendo en sus poemas y escritos desde la aparición de su blog, y siempre me llamó la atención lo bien que escribe y el espíritu libre y sensible a la vez de su escritura. Se destaca su sensibilidad, su inteligencia y su talante permanentemente critico. Estos poemas que presento son una muestra de su quehacer, y de seguro que os sorprenderá y agradará. Para mejor aquilatar sus mundo literario, lo mas recomendable es visitarle en su bitácora. Seguro que no os defraudará.
Gracias, Eva, por querer estar entre mis letras. Es un honor para mí. Un abrazo.