Conocer que llegó por el canto en la mañana la alegría,
redoblar el esfuerzo si se impone la pena,
rechazar la congoja si nos falta la humanísima luz del amor,
consentir que ya nada nos pueda perturbar
pareciera lo más deslumbrante y sensato.
Conocerse debiera la gente sencilla
y privar a su espíritu ignoto la triste semblanza.
Conocerse en profunda armonía conlleva feliz transcurrir por
la vida
y alcanzar la tranquila dulzura de ser y sentirse el menor
en lo humilde.
Reconócete altivo y persigue la paz,
desconoce el orgullo, rechaza el dolor,
si persigues hallar lo profundo del ser,
tu verdad y el sentido a la vida.