La nostalgia de Luzbel
Hay una nostalgia en mí,
Una nostalgia de la luz, de lo lumínico,
La luz que ilumina el mundo.
Todo, en aljamía, atestigua
Que mi propensión a la luminosidad
Es un arcano conocimiento:
Me sé dueño de mi propia oscuridad.
Ante la luz inmatura,
Evanescente, diáfana,
Que hace fácil agua y roca;
Ante la cenital luz
Cernida por los árboles,
Tan amada para las almas,
Tan clara para los inocentes,
Yo, piedra oscura,
Que digo piedra, carbón puro,
Rebeldía llevada al infinito soy.
Yo, que tanto amo la luz,
-a ella debo mi nombre-
Soy un agujero negro.
En mí entenebrecen las estrellas.
La oscuridad absoluta
Es la cofa desde donde gobierno
Mi libre albedrío.
No es infierno ni es morada,
Es libertad suprema.
Amo la luz
Pero no su línea recta,
Amo su esplendor
Pero no su tiranía.
Amante extremo del día,
Reino en la noche oscura
Por decisión propia.
Mas la nostalgia me traiciona
Y hay a veces destellos en mis alas
Y fuego en mi mente
Que encienden una hoguera..
...pero …solo de nostalgia.
Hay una nostalgia en mí,
Una nostalgia de la luz, de lo lumínico,
La luz que ilumina el mundo.
Todo, en aljamía, atestigua
Que mi propensión a la luminosidad
Es un arcano conocimiento:
Me sé dueño de mi propia oscuridad.
Ante la luz inmatura,
Evanescente, diáfana,
Que hace fácil agua y roca;
Ante la cenital luz
Cernida por los árboles,
Tan amada para las almas,
Tan clara para los inocentes,
Yo, piedra oscura,
Que digo piedra, carbón puro,
Rebeldía llevada al infinito soy.
Yo, que tanto amo la luz,
-a ella debo mi nombre-
Soy un agujero negro.
En mí entenebrecen las estrellas.
La oscuridad absoluta
Es la cofa desde donde gobierno
Mi libre albedrío.
No es infierno ni es morada,
Es libertad suprema.
Amo la luz
Pero no su línea recta,
Amo su esplendor
Pero no su tiranía.
Amante extremo del día,
Reino en la noche oscura
Por decisión propia.
Mas la nostalgia me traiciona
Y hay a veces destellos en mis alas
Y fuego en mi mente
Que encienden una hoguera..
...pero …solo de nostalgia.
Nada pasa por pasar,
ResponderEliminartodo, con propósito,
marca nuestras vidas.
He escuchado atenta
el diálogo de tu nostalgia
a muy corta distancia.
Y en silencio interpreto tu mirada
del color de la esperanza,
que pronuncia la palabra amor
en lengua extraña.
He leído engarzadas la tristeza
y el anhelo de tu alma...
que al igual que yo camina
buscando en cada esquina
una razón para creer.
En la comisura de mis ojos tristes
brota ahora una sonrisa
que me recuerda
que soy una niña envejecida
que ha recolectado, cada día,
todos los vicios egoístas que aprendí,
intentando amar amándome
y olvidando a los demás.
Hoy, tu voz única me detuvo
y me ha hecho volver
del sendero de la muerte...
Trascendiste la nostalgia
sobre la almohada de la vida.
Libre albedrío, libertad...
Te repito, no dejes por favor de escribir, no permitas que tu sentir se ahogue en tu pecho.
He enlazado tu blog al mío porque considero que debes darte a conocer. Hace mucho, no leía poemas tan grandes en contenido como los tuyos, con lenguaje perfecto y exquisito.
Un abrazo cálido.
No sé si este poema ha sido inspirado por algo mio, como tal lo tendré. Gracias por tu confianza en este oficio de poeta que ahora me ocupo de recomenzar. Me daré a conocer, confio en tu opinión.
ResponderEliminarUn gran abrazo.
Dos mundos, luz-sombra, día-noche, soledad-compañía, dos opuestos siempre atrayentes.- Es conmovedor para mí, ir descubriendo la calidad de tu trabajo.- Es pura y sencillamente un placer leerte.-
ResponderEliminarFelicitaciones.-
Ali
ResponderEliminarNo puedo por menos que agradecer tus palabras y el interes mostrado en la lectura de mi trabajo. Eres sumamente amable, y me alegra enormemente que te guste. Sé que me va a encantar tener una lectora, y no obstante,amiga, como tu.
Recibe de mi un fuerte abrazo.
Por tu comentario a mi poema "333" he llegado a este poema, Perfecto. Aunque diferentes, ambos tratan el tema demoníaco de una perspectiva particular y, en efecto, con ciertos parecidos. Es curioso que después de titular ambos un poema como "sombras chinescas", también coincidamos en un tema, creo, poco habitual.
ResponderEliminarUn placer siempre leer tu esplédida poesía, un gran descubrimiento para mí.
Abrazos.
Todas las grandes épocas han tenido un momento luciférino, entendido como aquel en que Luzbel, el ángel de la luz, va contra las convenciones sociales, y revoluciona las ideas humanas.
ResponderEliminarPero es desde el silencio, desde donde se producen esas luces. ¿Estaremos preparados para ello?
No es una coincidencia. Por lo que escribes, y por lo que me esfuerzo en escribir, ambos queremos encontrar esas luces para este siglo aciago.
Un abrazo, Ramón.