Memoria
¡Oh memoria, enemiga mortal
de mi descanso!
Cervantes.
La tierra trae recuerdos del alma de los muertos
y estremecida llora, dolida se subleva
acogiendo en su seno gritos desamparados
de un tiempo y el silencio, del miedo y de la guerra.
Duele la herida abierta como duele el olvido;
se alargan los estíos, florecen primaveras
y los otoños mueren mientras frío el invierno
tiembla en nidos vacíos entre sus ramas secas.
Ay España memoria de huesos enterrados,
de hijos malqueridos que tu cariño esperan
para ser ya de todos en tu familia hermanos,
pan y sal de la vida sentados a tu mesa.
Abre al tiempo tus brazos, que el alma de los vivos
en paz nombre sus nombres, que sus cenizas sean
cenizas esparcidas al viento de los años
y fértil el futuro de fértil sementera.
De la vida, el amor y el conocimiento.
Del tiempo no es el tiempo lo que siento
medido en horas, días y semanas,
ni los sueños perdidos, ya sin cuento
en largos años de esperanzas vanas;
es algo más profundo, como un viento
que sopla desde edades muy tempranas
con el saber que explica los asomos
de cuanto creo ser y lo que somos.
No es la muerte razón para la pena,
sino el vivir sin más razón la vida
lo que nos hace darla por perdida
en cuanto perseguimos sin valor,
lisonjas vanas, falsos oropeles
que así cegando nuestro entendimiento
despojan del cabal conocimiento
a la vida vivida sin amor.
No es banal el mirarse en otros ojos
ni aprender a leer los astrolabios
y limpiar la cultura y los abrojos
que estorban el camino de los sabios;
no es baladí el amor y sus antojos
que en besos se pronuncia en nuestros labios,
pues amar es saber, y el dulce vino
que hace feliz la vida en su camino.
Concluyo, pues, al cabo de este tiempo
que vivir no es el éxito o fracaso,
ni la felicidad se halla en el caso
de la ambición por más cosas tener;
que sin amor hay sólo frío yermo,
obscura vida hay sólo en la ignorancia
y dejo al fin así, aquí constancia:
vivir es el saber y es el querer.
Sólo queda mirar.
No se entiende este tiempo; los ojos desorbitados
y la muerte trazando fronteras en tiros
de desconcertados
sentimientos; la piel reseca
y la sed y el hambre columpiándose en el miedo
de la mirada de los niños. Qué tierra
es ésta, qué paraiso de ambiciones
nos asola.
¡Ay, Señor!
Si a mis labios impíos asciende una oración
desesperada, a mi boca llegan palabras
confundidas; si en mi corazón alienta
la última esperanza de rezar
es que todo se ha perdido,
la amargura ha sembrado en campos ayer fecundos
y la sal de las lágrimas es la última riqueza
en páramos de futuro.
No encuentro en este tiempo las palabras; aquellas que anidaban
la fronda
de los años de juventud
ya volaron en confusión de días y horizontes;
no cabe en un pecho descreído más fe
de solidarios abrazos;
sólo queda mirar
hasta cegarse los ojos,
volver la vista –si puedes todavía- a la vida; sonreir
a tus hijos
todavía inocentes de estos crímenes,
contemplar el cielo que nos cubre a todos por igual. Es lo último
que puedo decir
antes que la memoria se extravíe en sombras de locura,
estallen los ecos de la muerte su metralla
en tus oídos
antes que tu lengua ahogue tu garganta
y tu cuerpo sea inerte
y pesada,
amarga,
estatua de sal.
Julio G. Alonso
¡Oh memoria, enemiga mortal
de mi descanso!
Cervantes.
La tierra trae recuerdos del alma de los muertos
y estremecida llora, dolida se subleva
acogiendo en su seno gritos desamparados
de un tiempo y el silencio, del miedo y de la guerra.
Duele la herida abierta como duele el olvido;
se alargan los estíos, florecen primaveras
y los otoños mueren mientras frío el invierno
tiembla en nidos vacíos entre sus ramas secas.
Ay España memoria de huesos enterrados,
de hijos malqueridos que tu cariño esperan
para ser ya de todos en tu familia hermanos,
pan y sal de la vida sentados a tu mesa.
Abre al tiempo tus brazos, que el alma de los vivos
en paz nombre sus nombres, que sus cenizas sean
cenizas esparcidas al viento de los años
y fértil el futuro de fértil sementera.
De la vida, el amor y el conocimiento.
Del tiempo no es el tiempo lo que siento
medido en horas, días y semanas,
ni los sueños perdidos, ya sin cuento
en largos años de esperanzas vanas;
es algo más profundo, como un viento
que sopla desde edades muy tempranas
con el saber que explica los asomos
de cuanto creo ser y lo que somos.
No es la muerte razón para la pena,
sino el vivir sin más razón la vida
lo que nos hace darla por perdida
en cuanto perseguimos sin valor,
lisonjas vanas, falsos oropeles
que así cegando nuestro entendimiento
despojan del cabal conocimiento
a la vida vivida sin amor.
No es banal el mirarse en otros ojos
ni aprender a leer los astrolabios
y limpiar la cultura y los abrojos
que estorban el camino de los sabios;
no es baladí el amor y sus antojos
que en besos se pronuncia en nuestros labios,
pues amar es saber, y el dulce vino
que hace feliz la vida en su camino.
Concluyo, pues, al cabo de este tiempo
que vivir no es el éxito o fracaso,
ni la felicidad se halla en el caso
de la ambición por más cosas tener;
que sin amor hay sólo frío yermo,
obscura vida hay sólo en la ignorancia
y dejo al fin así, aquí constancia:
vivir es el saber y es el querer.
Sólo queda mirar.
No se entiende este tiempo; los ojos desorbitados
y la muerte trazando fronteras en tiros
de desconcertados
sentimientos; la piel reseca
y la sed y el hambre columpiándose en el miedo
de la mirada de los niños. Qué tierra
es ésta, qué paraiso de ambiciones
nos asola.
¡Ay, Señor!
Si a mis labios impíos asciende una oración
desesperada, a mi boca llegan palabras
confundidas; si en mi corazón alienta
la última esperanza de rezar
es que todo se ha perdido,
la amargura ha sembrado en campos ayer fecundos
y la sal de las lágrimas es la última riqueza
en páramos de futuro.
No encuentro en este tiempo las palabras; aquellas que anidaban
la fronda
de los años de juventud
ya volaron en confusión de días y horizontes;
no cabe en un pecho descreído más fe
de solidarios abrazos;
sólo queda mirar
hasta cegarse los ojos,
volver la vista –si puedes todavía- a la vida; sonreir
a tus hijos
todavía inocentes de estos crímenes,
contemplar el cielo que nos cubre a todos por igual. Es lo último
que puedo decir
antes que la memoria se extravíe en sombras de locura,
estallen los ecos de la muerte su metralla
en tus oídos
antes que tu lengua ahogue tu garganta
y tu cuerpo sea inerte
y pesada,
amarga,
estatua de sal.
Julio G. Alonso
Hoy me cabe el grandísimo honor y alegría de presentar a Julio Gonzalez Alonso, poeta y amigo. Un día dije que estábamos en presencia de un poeta que denotaba oficio y una alta capacidad lírica, hoy afirmo que su poesía es profunda, plena de recursos, a veces lírica, a veces más descriptiva, pero de un rigor técnico y una pasión por conseguir cuanto de hermoso hay en trasegar palabras, que a los que le hemos seguido en los últimos tiempos no deja de asombrarnos con cada nuevo poema.
Mejor que lo que yo pueda decir, es leerle. Estos poemas que yo he escogido son solo una muestra de su quehacer. Acercaros, por favor a su blog “Lucernarios” http://juliogalonso.wordpress.com/. Podréis comprobar que no exagero.
Gracias, Julio, por querer estar en este blog, acompañando a mis letras. Es un honor poder disfrutar de tu poesía y de tu amistad.
Mejor que lo que yo pueda decir, es leerle. Estos poemas que yo he escogido son solo una muestra de su quehacer. Acercaros, por favor a su blog “Lucernarios” http://juliogalonso.wordpress.com/. Podréis comprobar que no exagero.
Gracias, Julio, por querer estar en este blog, acompañando a mis letras. Es un honor poder disfrutar de tu poesía y de tu amistad.
Poemas hondos, donde la memoria, el amor y la vida vivida en plenitud se dan la mano.
ResponderEliminarEnhorabuena por esa profundidad a la hora de elegir la palabra precisa.
Un abrazo, amigo
Palabra y amistad, pura poesía a la hora de rítmar conjunciones del alma. Mis saludos a ambos poetas, brillantes hacedores del suspiro.
ResponderEliminarEn absoluto, compañero Perfecto, no exageras nada.
ResponderEliminarJulio tiene una madurez técnica y lírica tal, que puede llevar a adelante con absoluta soltura cualquier proyecto que se le ocurra. Además, y por ello, sabe ponerse a salvo de empalagamientos, agresiones, vulgaridades y demás derroteros de fácil acceso para dejar una obra de elegante factura y serena sensibilidad.
Es una acierto, tu recomendación, que suscribo totalmente.
Un abrazo,
Juanjo
P.D. Le conocí, personalmente, el miércoles pasado, pero mi afinidad a su obra data de mucho antes de cruzar una sola palabra con él; no presuma nadie que es un cumplidos de compadreo.
tremendas obras! gracias por compartirlas.
ResponderEliminarun abrazo
gran trabajo, genial pluma
ResponderEliminaresta selección amerita antología:=)
Felicitaciones a ambos por este compartir poético
besitos de luz
Amigo Perfecto:
ResponderEliminarCon todo mi agradecimiento vaya por delante el sentimiento de sentirme valorado con una generosidad que me desborda. Las letras de uno, en este caso las mías, no son nada sin lectores tan atentos como es tu caso, o el de J.J. Lunar o tantos otros que tienen la consideración de dedicar un tiempo a estos menesteres de la lectura. Pero lo más valioso para mí es la oprtunidad de poder compartir espacio al lado de tus letras, Perfecto, de las que tanto admiro y de las que aprendo constantemente siguiendo el pulso de tu escritura rica en matices, tan incardinada en los elementos de la Naturaleza e impregnada de nostalgias, evocaciones y reflexiones admirables.
Hoy, puedo confesarlo, soy un poco más feliz recibiendo el premio de figurar en la nómina de los autores que, con mano serena, vas eligiendo para formar parte de la bitácora de tu nombre.
Agradezco también a cuantos os habéis acercado con esa amplitud de miras a los versos que Perfecto Herrera ha dejado hoy aquí; especialmente ha de ir mi agradecimiento para este hombre, humanista y estudioso, amén de impecable creador, que es JJ Lunar, con quien -como él mismo ha dejado dicho- me une admiración y simpatía por su trabajo y con el que coincidí en la última cita de La Noche Poética en Bilbao.
Gracias, muchas gracias, por este hermoso regalo, Perfecto. Con un abrazo desde estas costas vascas y cantábricas hasta esas almerienses y mediterráneas.
Salud.
Julio G. Alonso
Perfecto...
ResponderEliminarbellísima poesía...
gracias por compartir y darnos la posibilidad de entrelazar amistad y conocimiento...
Felicitaciones a ambos y sigo admirando estos versos profundos y bellos!!!
hermosos días amigo querido!!!
beso!!!
Gran hondura que merece ser explorada en su totalidad ! para liberar vientos necesarios y reconciliaciones plenas...
ResponderEliminargracias por acercar a otros poetas...
Almería ! (hace mucho viento allí) pero es una tierra bella en su desolación y en su Luz...sobre todo en su Luz*
Gracias las nuestras por la doble partida de leerlos.... Que belleza.
ResponderEliminarUn saludo cordial :)
Perfecto:
ResponderEliminarMaravillosa es la amistad y sublime aquella que se labra por el camino de los versos.
Enhorabuena para ambos! Mi admiración a sus almas de poetas y divinas creaciones.
Un beso.
En verdad que, Julio es un gran poeta, al menos, a tenor de estos poemas que nos muestras, así lo creo.
ResponderEliminarEnhorabuena a Julio por su sversos y gracia sa ti por presentárnoslo.
Abrazos
Estos versos tienen profundidad y una filosofía a interpretar.
ResponderEliminarMucho muy interesantes. Gracias por compartirlos.
Saludos.
Esmeralda Martí
ResponderEliminarMe alegra, Esmeralda, que te haya gustado la poesía de Julio. Me siento satisfecho.
Un abrazo, amiga mía.
Eli
ResponderEliminarGracias, Eli, por tus palabras. Agradezco tu visita.
Un abrazo.
J.J. Lunar
ResponderEliminarMe alegra comprobar, que no exageraba. Coincidir contigo en ello, me satisface en grado sumo.
Un abrazo,
reltih
ResponderEliminarGracias, a ti, reltih, por pasarte. Me alegra que te gusten.
un abrazo
elisa...lichazul
ResponderEliminarGracias, Elisa.
besicos de luz
Julio
ResponderEliminarAmigo Julio: como se le diría a una mujer, en un requiebro: ¡¡Las gracias que usted tiene!! Eres un verdadero lujo para los que te leemos.
Vaya un abrazo desde estas tierras argáricas.
Ursula
ResponderEliminarGracias, mi querida amiga, por dejar siempre tu amada huella. Me alegra sobremanera que sean de tu agrado. Eso reafirma lo que yo pienso en relación con la poesía de Julio.
Un fuerte abrazo!!!
Ardaire
ResponderEliminarMe alegra comprobar por tu comentario, que en este caso he acertado plenamente. Estamos ante un gran poeta. El tiempo lo reafirmará mas aún.
Y sí, en Almería hace mucho viento, pero su belleza y su luz merecen la pena vivirse.
Un abrazo.
Arya
ResponderEliminarGracias las nuestras por la doble partida de ser leidos.
Un abrazo
Etarinyeth
ResponderEliminarGracias, Etarinyeth, por tus maravillosas palabras.
Un beso.
TriniReina
ResponderEliminarGracias, amiga, por tus palabras.
Abrazos
Salvadorpliego
ResponderEliminarGracias, Salvador. Es un placer tenerte por aquí.
Saludos.