BROCHE DE LA MEMORIA
Cuando me envuelva con el sueño,
sabré que tu nombre aún persiste
en los narcisos de la alberca,
en los peces que columpian limones en el agua,
en las ilusas margaritas que todo parecen saberlo…
Pero no, nada saben,
como tampoco sé yo, ni sabré,
de la hoja que sajó el escalofrío,
del intimo deseo de reducir la montaña,
y, bajo el emparrado de las llamas,
besar y ser besado por la aurora.
Recordar el palacio de los patos
con sus jazmines chinos,
escuchar a las niñas que salen de paseo,
los ladridos de perros allá, quisiera,
como quisiera alzar las manos
para apagar tu llanto cuajado de ojos grandes,
de risas de hojalata, de edificios deshabitados,
Los muérdagos
que en los pinares,
amargos, se marchitan,
no han de atraer avispas,
solo cristales puros, rocíos, paisajes rojos,
para clavar un broche en mi memoria,
y allí dejar
el insensible pulso inútil,
el corcho a la deriva
que emerge de mi corazón.
La memoria de los que amamos es inmortal. Bellas imágenes, sutil tono de melancolía.
ResponderEliminarUn abrazo
Volvemos a lo amado,siempre,persiste en nuestra vida.
ResponderEliminarLas imágenes que construyes son preciosas!
Y es tu estilo.
Cariños:
Elsa.
lo has bordado, es un broche perfecto Perfecto, Felicitaciones!!
ResponderEliminarbesos y buen fin de semana