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Como cuando
El alma antigua, mi amada, quiere que sea
como la flor de un invierno, enclaustrado
cual pájaro que está retenido en su dorada prisión.
Te deseo como desea el altozano
la esbelta figura del valle,
y como la tierra espera la lluvia,
así te espero, concentrado y fecundo.
Salgo a tu encuentro en los crepúsculos,
casi sin luz, deshilando tela de bolsillos
y mirando las nubes del cielo oscurecido,
y ahora, alegre, escucho la llave en la puerta y oigo
tus pasos, y llegas silente
a quedarte conmigo hasta mañana.
Entonces, el alma feliz
se refugia en el tálamo cálido
como cuando ha nevado
y las calles se cubren de nieve.
PERFECTO HERRERA
Celebro estos versos que parecen adelantarse al otoño, arropado en las sábanas del amor. Con un abrazo.
ResponderEliminarSalud.
Hola Julio. Esperemos que el otoño venga con frutos. Un abrazo. Salud.
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ResponderEliminarQue bello, amigo mío, y a la vez que buen poema.
Me alegra mucho que hayas regresado con tu poesía, es siempre un placer.
Un abrazo, Perfecto
m.
Hola mi querida Señora. Espero no estar mucho tiempo ausente. Es un placer contemplar que por estos ámbitos aún conserva uno los amigos. Un abrazo m.
EliminarEste comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarQuerido Poeta , regresas con un texto que sugiere el reencuentro... es bello y verdadero.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo.
Todo se aquieta y vuelve a su curso. Tarde o temprano. Gracias por tus palabras.
EliminarUn fuerte abrazo.