viernes, 18 de diciembre de 2015
La luz y el canto.
No pued-o conocer a otro sino a través de mí. ¿Pero quién soy?
-¿El fuego conoce el fuego?
-¿El bosque conoce el bosque?
Es a la madera que consume que el fuego le debe el ser fuego; como el bosque, al fuego que lo reduce a las cenizas, le debe el haber dejado de ser un bosque.
Edmundo Jabes
Necesidad de ser,
de ser ¿qué? en aquello que no existe.
Entre naranjos vivos mirar es tratar
de ver la luz que oscila entre las hojas,
escuchar a los pájaros y al viento.
¿ Entre verde y azul, es la mirada
el intersticio, o es éste la vibración óptica?
¿es el sonido o es la audición, el trinar
o el ulular del aire?
¿En dónde se incardina la existencia?
¿Dónde poner los ojos o los oídos?
¿Pueden ojos y oídos ser sin pájaro azul
o sin viento entre el verde ?
Bajo el naranjo alzado me sé tierra;
sobre mí, él se siente élitro de dioses.
Hoy me alimento de sus frutos;
mañana se alimentará de mí él.
La búsqueda perenne es el camino;
el camino soy yo en mi mismo.
El ser no está ni dentro ni está fuera:
Se es
en el mismo decurso
que puede herir los ojos o los oídos
para que puedan ser la luz y el canto,
y ,al fin, concluido el mismo trascurrir, volver
a ser nada o silencio.
PERFECTO HERRERA
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