A Fátima Herrera Amate
En mano trasparente una flor roja,
mientras, etérea, danza, danza y danza
en un ayer que ya no es.
Se fue la niña,
se fue la muchachita,
y regresa y nos anda la mujer
en delicado paso por entre un lago de cisnes,
en equilibrios gráciles,
sutiles, finísimos.
Va esparciendo sus dones al sonreír,
espanta las desgracias con sus pies,
y si solloza, ¡ay si llora!
si deja caer únicamente
una lágrima de cristal,
ruge una jacaranda en mí
de púrpura y escalofríos,
una arboleda turbia,
un humo en interiores del pasado.
¡Suerte fue verte nacer, existir,
gozo saberte tan llena de bienes,
todavía resuelta en tiempo,
todavía plantada en lo que puedes ser,
fragancia del presente,
nombre de destello único,
gran trazo de mi sangre,
pasión paterna siempre viva,
diamante puro entre alhajas
de auroras claras, limpias!
¡Fátima,
ojos en que dormita la noche del desierto,
perspicaz, graciosa, agraciada,
hija mía,
tuyo es todo el futuro,
mío es, y solo mío, tu presente.
Bello, delicado, tierno poema para tu hija, ¡qué más se puede pedir de un poeta!.
ResponderEliminarUn abrazo.
Qué 'amorosa dedicatoria' para una hija,
ResponderEliminaren un poema desde la percepción interna.
Los felicito a los dos y me alegro!!
Cariños:
Elsa.
Tu "niña" debe de estar en una nube preciosa.
ResponderEliminarQue hermosura de poema, querido amigo; un broche bellísimo es tu estrofa última.
Te felicito y te aplaudo vivamente¡¡¡¡
Abrazos, besos
Ío
"Se fue la niña,
ResponderEliminarse fue la muchachita,
y regresa y nos anda la mujer..."
Perfecto Herrera.
La ternura que rezuma todo el poema nos acerca a ese lado de la vida que nos hace mirar la vida en los hijos que se nos crecen y hacen mayores y nos hacen mayores. Me ha gustado sobremanera la percepción de la música y el ritmo imbrincados en la danza sobre la que se desarrolla el poema. Hermosa manera de sentir la edad.
Salud.
Estimado Perfecto: es un delicado poema a tu hija, dulcemente concebido para perdurar en el tiempo.
ResponderEliminarSalud, poeta!
Hoy es salmo lo que escribes, himno a lo más vivo, a lo que brilla en tí y para tí...
ResponderEliminarAy esa música exótica, divina, que ofrecemos los que sabemos de este oficio de dar sin pedir a cambio...
Te luces describiendo tu mejor joya, oasis en el desierto, promesa digna de tu vida...
Preciosa dedicatoria de lo que tu corazón te dicta sin tapujos. cristal, fuente y sonata de primavera.
Enhorabuena.
Me pides mi correo. Ahí va: esmeraldamarti@gmail.com.
Nos vemos.
Un abrazo y feliz finde
¡Qué belleza poeta! Cuánto amor se puede expresar a una hija, a un ave que se desprende en vuelo propio, que crece y nos muestra en su evolución nuestro bendición de ser padres.
ResponderEliminarFelicitaciones poeta.
Saludos para vos.
que hermosa oda a tu niña
ResponderEliminarel amor es sublime y a mares se navega
besitos de luz
Un poema muy hermoso; lleno de amor y admiración. Aunque pienso, Perfecto, que el presente de los hijos -ley de vida, diría mi madre- deja bien pronto de pertenecernos en exclusiva.
ResponderEliminarAbrazos.
Taty Cascada
ResponderEliminarGracias, amiga Taty. Si los hijos no nos enternecen ¿qué lo hará?
Un abrazo.
Elsa Tenca Mariani
ResponderEliminarSon vivencias imborrables, a veces, no dichas; siempre presentes.
Gracias, amiga mía.
Un abrazo con cariño.
Ío
ResponderEliminarMi "niña", mi querida Ío. Tú lo has dicho bien. Siempre será mi “niña”.
Un abrazo grande.
Julio
ResponderEliminarAmigo mío, los hijos siempre son nuestra mejor obra. Y Fatima, desde que nació, solo me ha dado satisfacciones.
Salud.
Cristian Marcelo Sánchez
ResponderEliminarGracias, estimado amigo. Los hijos son, los que por naturaleza, mejor nos recordarán cuando ya no estemos, y deben de tener señales de que les quisimos.
Salud, amigo!
Esmeralda Martí
ResponderEliminarGracias, Esmeralda. Lo que hoy me expresas ha tenido el don de emocionarme. Gracias Mil. De verdad.
Un abrazo, amiga.
Daniel
ResponderEliminar¡Qué gran suerte tenerte como amigo, mi estimado poeta! Suerte, fue, en verdad, verla nacer y sentirla existir.
Un abrazo, Daniel.
elisa...lichazul
ResponderEliminarGracias, Elisa. Tus palabras siempre me llegan.
Besicos.
El Éxodo
ResponderEliminarEvidentemente. Libre la quiero, pero es inevitable que sienta el orgullo de verla existir en mi presente.
Abrazos.