Árboles invernales
Pagan los árboles con pobres limosnas,
las hojas que donoles el limo y el agua.
Hojas arrojan con descuido,
con abandono, con penuria,
ya verdes o ya amarillas,
una tras una,
sobre el lóbrego légamo
al que pertenecemos.
Y cuando quedan semiescuálidos,
se ofrecen desolados, melancólicos,
a la brumosa soledad de las nubes y los vientos.
¡Árboles pobres; más, agradecidos¡
Brazos tan poderosos,
tan generosamente desnudados,
tan alzados al cielo,
más, tan ávidamente
hacia la soledad.
Inviernos de los días,
desnudez, frio
en los huesos que se desnudan
para, solos, acompañaros
en este tránsito lúcido
parecido a la muerte.
Invierno, árboles:
indigencia del corazón
abandonado al frío gélido del cielo.
Desbautizas cada cos que creas cuando la tocas. Besos Poeta exquisito!
ResponderEliminarElizabeth
ResponderEliminarGracias, amiga mía, por este comentario generoso.
Besos.