Yo también amé.
Busqué con palabras fervientes
a aquel dios de venablos luminosos
que también me llevó al desengaño.
Algo nació, no obstante,
colmado del clamor de grandes extensiones,
de tormentas y velados tesoros
donde el viento remaba entre naranjos.
Yo también amé.
Hundí mis manos malheridas
en un río de luz azul;
y, no obstante, probé la muerte del neblí de la agonía.
Algo floreció, ¡cierto es!
ungido por las dulces lluvias
que volaban con las palomas del atardecer.
Yo también amé, hoy lo sé.
Permanece en mí aún aquel comienzo
como verso y lumbrera del agua, prendido como ayer,
en un instante ingrávido
en que le falló al alma el doble fondo
y ardió como crisálida inmatura
Yo también amé, hoy lo sé.
No hubo tiempo para que creciera tal prodigio,
y los ojos, hoy,
solo hallan un pastor de hipocresías.
Yo también amé, hoy lo sé.
El futuro se perdió en un camino
en donde el presente enloquece
persiguiendo olvidar aquél pasado
en que fulgió el granado del amor.
Amé, hoy lo sé.
Y esa doble llama incendió
todo mundo sensible,
y solo, para fenecer,
padecer y resucitar,
como periclitado amor
que se aleja durante toda la existencia,
y mostrará el asombro de un tributo
al instante vivido.
¡Ahí me hallará siempre la aurora!
Busqué con palabras fervientes
a aquel dios de venablos luminosos
que también me llevó al desengaño.
Algo nació, no obstante,
colmado del clamor de grandes extensiones,
de tormentas y velados tesoros
donde el viento remaba entre naranjos.
Yo también amé.
Hundí mis manos malheridas
en un río de luz azul;
y, no obstante, probé la muerte del neblí de la agonía.
Algo floreció, ¡cierto es!
ungido por las dulces lluvias
que volaban con las palomas del atardecer.
Yo también amé, hoy lo sé.
Permanece en mí aún aquel comienzo
como verso y lumbrera del agua, prendido como ayer,
en un instante ingrávido
en que le falló al alma el doble fondo
y ardió como crisálida inmatura
Yo también amé, hoy lo sé.
No hubo tiempo para que creciera tal prodigio,
y los ojos, hoy,
solo hallan un pastor de hipocresías.
Yo también amé, hoy lo sé.
El futuro se perdió en un camino
en donde el presente enloquece
persiguiendo olvidar aquél pasado
en que fulgió el granado del amor.
Amé, hoy lo sé.
Y esa doble llama incendió
todo mundo sensible,
y solo, para fenecer,
padecer y resucitar,
como periclitado amor
que se aleja durante toda la existencia,
y mostrará el asombro de un tributo
al instante vivido.
¡Ahí me hallará siempre la aurora!
"He de sabotear mi instinto", la oruga se dijo, como hizo Icaro. "El alma crece en ambas direcciones, pero el amor tan solo, en un sentido. Y hacia allí me dirijo". La oruga buscó la rama más alta y clavó su capullo vespertino y jamás notó al halcón, que tuvo como vecino. Y en busca de su espíritu, satisfizo otros instintos. El alma crece en ambas direcciones, pero el amor no es rumbo, es destino...
ResponderEliminarBesos Poeta.
Si, amaste y seguirás amando, porque somos seres destinados a fundirnos en su esencia...Qué bueno y maravilloso es amar, si nos crecen alas y la inspiración nos condensa las venas de pensamientos.
ResponderEliminarUn abrazo poeta.
somos seres de amor
ResponderEliminarel amor nos rezuma por los poros
en él existimos y en él nos rendimos voluntariamente
aún si el desamor nos toca...seguiremos amando
seguiremos cantando los caminos todos
por el amor es verbo y pálpito eterno
besitos de luz
El amor es el motor del mundo. Debemos de sentirnos orgullosos si un día lo hicimos, si volcamos nuestras ansias en un ser, que hoy tal vez no está, pero que dejó su huella y nos hizo más grandes.
ResponderEliminarBuen y sentido poema.
Un abrazo, amigo
La utilización del pretérito para el amor consigue el efecto de hacerlo más presente que nunca.
ResponderEliminarSalud.
Julio G. Alonso
El amar se siente y se comprende y uno despues cae en ello.
ResponderEliminarUn Saludo
Un poema hermoso que lleva la lámpara de la melancolía en el templo de los recuerdos ...que van hurgando la herida de nuevo...tratando de que la madrugada llegue pronto y alumbre la salida del laberinto...dejar atrás los jirones de la tristeza ...para poder ver crecer de nuevo la hierba verde de la esperanza...si amaste has sido afortunado...un hermoso poema ...te dejo beso
ResponderEliminarAmaste...pero tus letras te hacen transparente,poeta.Yo diría que aún amas,el amor tiene expresiones infinitas.
ResponderEliminarGusto leerte,poeta.
Eli
ResponderEliminarMe ha encantado este breve relato poético y esa oruga protagonista del amor como destino.
Gracias, Eli.
Besos.
Taty Cascada
ResponderEliminarSi, el amor que nos salve, fundamento y sustento de nuestro mundo occidental.
Un abrazo Taty.
elisa...lichazul
ResponderEliminarHermosa reflexión, Elisa. El amor, solo por amor.
Muchos besicos
Esmeralda Martí
ResponderEliminarGracias, amiga Esmeralda, por este comentario tan sabio y tan hermoso.
.
Un abrazo, amiga mía.
Julio
ResponderEliminarNunca amé algo más que aquello que perdí. El pretérito siempre es presencia.
Un abrazo. Julio
Edu
ResponderEliminarAlguien dijo que el amor es un destino. Quizás, es que es inevitable.
Bienvenido a mi casa. Espero verte pronto por aquí.
Un Saludo cordial.
Xiomara Beatriz
ResponderEliminarAmar siempre merece la pena. Pobre del que nunca conoció el amor.
Gracias, amiga Xiomara por este comentario hermosísimo que me haces.
Besos y abrazos.
PalomaGrace
ResponderEliminarCristal puro, Paloma. Cristal ardido.
Besos.
Aunque tus manos malheridas no alcancen el día, aunque tus dedos no quieran rozar el tiempo que ha de llegar .... yo lo sé: volverás a amar.
ResponderEliminarAmigo mío, que música¡¡¡, el poema parece querer llorar, solo, en medio de la inmensidad de un desierto.
Precioso, es algo que te ha salido desde muy adentro, puedo sentirlo.
Abrazos, Perfecto, besos
Buen día¡¡¡
Ío
Ío
ResponderEliminarMi querida amiga:
A veces desespero de encontrar aquel amor que colme cuanto ansio. A veces, la vida es tan prosaica!
Cada fracaso, es una cicatriz más en el corazón.
Sin embargo, no desespero.
Gracias, amiga mía, por acompañar.
Besos.
Yo también amé y espero volver a amar...
ResponderEliminarun beso enorme! :)
Siab-MiprincesaAzul
ResponderEliminarEl eterno retorno. Lo importante es amar. Qué importa si en el camino se van quedando plumas, otra compondrá el plumaje para seguir
en vuelo hacia la luz.
Besicos grandes.