LA LUZ
La luz vino de la luz.
No podía ser de otro el lugar de su advenimiento.
Su nueva naturaleza
Nos fue desvelada
Desde la natural luminosidad
De por quien nos fue conferida.
Fue un breve e intenso destello.
Cayó nuestro concepto
Como cayó Saulo del caballo.
No fue necesaria álgebra alguna:
Devino con la gracia del verbo
Y como en un orto esplendido,
El jinete de la Apocalipsis
Se desvistió del ropaje
Con que le vistieron las generaciones
Desde los pánicos humanos del medievo,
Desde los Autos Sacramentales,
Para ser luz que purifica,
Fulgor amable que libera.
Dijiste que la muerte era luz,
Y calló la oscuridad de nuestros ojos al instante.
La sombra más solemne
Se deshizo ante tus palabras,
Y ya no temimos,
Porque en último extremo,
Si sucede, que sucederá,
Será disiparnos en ti,
En la luz entre la que tú te mueves.
La luz vino de la luz.
No podía ser de otro el lugar de su advenimiento.
Su nueva naturaleza
Nos fue desvelada
Desde la natural luminosidad
De por quien nos fue conferida.
Fue un breve e intenso destello.
Cayó nuestro concepto
Como cayó Saulo del caballo.
No fue necesaria álgebra alguna:
Devino con la gracia del verbo
Y como en un orto esplendido,
El jinete de la Apocalipsis
Se desvistió del ropaje
Con que le vistieron las generaciones
Desde los pánicos humanos del medievo,
Desde los Autos Sacramentales,
Para ser luz que purifica,
Fulgor amable que libera.
Dijiste que la muerte era luz,
Y calló la oscuridad de nuestros ojos al instante.
La sombra más solemne
Se deshizo ante tus palabras,
Y ya no temimos,
Porque en último extremo,
Si sucede, que sucederá,
Será disiparnos en ti,
En la luz entre la que tú te mueves.