Otoño simple
Simplemente abril eras tú
y el verano salió a trompicones,
pero el otoño, esta inagotable agonía,
¡lacera!, es papel quemado, es un despojo.
A un gallo lo despluman,
y las alas, en grotesco exordio,
se dislocan en un aire tífico
y quizás son marbetes de una galaxia perdida.
Tu prodigas los reflejos de ojos y labios con plenitud
en el cristal de libélulas de días lagrimosos
como turbia vidriera de un escaparate
roto por las pedradas de la indiferencia.
No hay que luchar, solo dormir,
no hay que hablar, solo soñar,
no hay que asomarse a los altos ventanales
y tampoco disecar flores de julio de la gran ciudad.
¡Que friolento y oscuro
es el ventanuco en el ocaso!
Hidrogeno líquido.
En el fondo del tintero
yace muerta una abeja
con restos del néctar de sus días.
¡Como sopla el viento!
¡Como destruye la tormenta relampagueante!
¡Oh lluvia, tú cala los huesos,
el cubo de zinc de mi coraza
y hazme un hueco entre los vivos!
Simplemente abril eras tú
y el verano salió a trompicones,
pero el otoño, esta inagotable agonía,
¡lacera!, es papel quemado, es un despojo.
A un gallo lo despluman,
y las alas, en grotesco exordio,
se dislocan en un aire tífico
y quizás son marbetes de una galaxia perdida.
Tu prodigas los reflejos de ojos y labios con plenitud
en el cristal de libélulas de días lagrimosos
como turbia vidriera de un escaparate
roto por las pedradas de la indiferencia.
No hay que luchar, solo dormir,
no hay que hablar, solo soñar,
no hay que asomarse a los altos ventanales
y tampoco disecar flores de julio de la gran ciudad.
¡Que friolento y oscuro
es el ventanuco en el ocaso!
Hidrogeno líquido.
En el fondo del tintero
yace muerta una abeja
con restos del néctar de sus días.
¡Como sopla el viento!
¡Como destruye la tormenta relampagueante!
¡Oh lluvia, tú cala los huesos,
el cubo de zinc de mi coraza
y hazme un hueco entre los vivos!
Buen poema, Perfecto. Me gusta.
ResponderEliminarTiene imágenes de peso y sentimiento hondo, se transmite.
Por mi actividad plástica siempre tengo tendencia a valorar en exceso las imágenes en un poema (seguro que una desviación). Además, como dicen "una imagen vale por mil palabras" Y también la elegancia. Y las dos cosas las encuentro en tus poemas.
Para mi, un poema bueno es el que -al igual que la música clásica, o que la buena música en cualquier estilo- permite leerse muchas veces y cada vez se descubren matices, sin llegar a aburrirse. Noto cuando una poesía me gusta y me engancha, cuando inmediatamente me inspira y me impulsa a escribir. Creo que también es importante el que emocione, pero una emoción puede tratarse sólo de bengala fugaz y pasajera.
Un abrazo.
Es un poema que engancha y que inspira. El verso final es grande, una buena llave de cierre.
En el fondo del tintero
ResponderEliminaryace muerta una abeja
con restos del néctar de sus días.
Este segmento me encantó, en realidad todo el poema lo encuentro de calidad, pero no sé por qué razón éste en particular me cautivó.
Besitos
Otoño simple que congrega colores, olores e imágenes difuminadas. Expresión de lo que acontece y lo que provoca. Óptica de lo adormecido arremetiendo en la nostalgia.
ResponderEliminarUn abrazo, amigo
víctor (el gato estepario)
ResponderEliminarMe alegra que te guste el poema, Víctor. La verdad, es que soy amante de la imagen, de todo aquello que vislumbro a través de la vista. En mi años jóvenes fui algo pintor, y algo queda de aquella afición, y de la predisposición hacia lo visual.
Un abrazo.
María Eleonor
ResponderEliminarEn cierto modo, esos versos, salvan todo lo que el resto del poema tapa. Es una nota casi del inconsciente, que tú has sabido captar de forma instintiva.
Un abrazo.
E. Martí
ResponderEliminarUn colmen de sensaciones, tan propio de las estaciones de transito entre el verano y el invierno. Un placer tenerte por aquí, querida amiga.
Besos.