La espiga del paisaje
A Perfecto Herrera Ramos
Cuando seamos otra vez niños
volverá a brotar en nuestros ojos
la espiga del paisaje,
aquel de antes de la sombra,
el de antes de la piedra sobre la voz.
Regresará de la mano de las hojas
-sarmiento reverdecido-,
la sonrisa a dar fruto de dulzura
en los labios cubiertos de albores,
a serenarse en la piel el candor de un beso
vivo en el cielo y en los recuerdos de oro
siempre adolecidos por el corazón.
Volveremos al principio de la existencia,
al mar en el latido de las horas de Luna
escritas en los sueños de lis y grana,
a la infinitud de un poema construido en la sien,
presto siempre a salir de su encierro silencioso
y elevarse con la mirada hacia el camino
de la primavera en los huertos,
en el azahar del naranjo insomne y nocturno.
Entonces vendrán los jilgueros a cantarnos
sus tonalidades de tiempo de tréboles,
a acallar la frialdad de la tierra el último relámpago
con el fuego de su perpetuo sol.
volverá a brotar en nuestros ojos
la espiga del paisaje,
aquel de antes de la sombra,
el de antes de la piedra sobre la voz.
Regresará de la mano de las hojas
-sarmiento reverdecido-,
la sonrisa a dar fruto de dulzura
en los labios cubiertos de albores,
a serenarse en la piel el candor de un beso
vivo en el cielo y en los recuerdos de oro
siempre adolecidos por el corazón.
Volveremos al principio de la existencia,
al mar en el latido de las horas de Luna
escritas en los sueños de lis y grana,
a la infinitud de un poema construido en la sien,
presto siempre a salir de su encierro silencioso
y elevarse con la mirada hacia el camino
de la primavera en los huertos,
en el azahar del naranjo insomne y nocturno.
Entonces vendrán los jilgueros a cantarnos
sus tonalidades de tiempo de tréboles,
a acallar la frialdad de la tierra el último relámpago
con el fuego de su perpetuo sol.
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Crece su voz, amiga mía, como crecen los trigos en el estío, dorados, casi oro liquido, con que envolver aquellos años de las eras de la parva y las estrellas.
ResponderEliminarSiento en mi, aquí y ahora, la plenitud de saberme apreciado por alguien a quien a mi vez aprecio y quiero entrañablemente.
A veces, se olvida uno, de las personas que tiene mas cercanas, y basta un detalle, para que sea uno consciente de que no es un isla.
Desde que llegué a este mundo de los blog, mi horizonte es mas amplio, y he tenido la oportunidad de poder conocer a muchas personas, compañeros y amigos, que le enriquecen y terminan indefectiblemente con su ceguedad.
Permítame vuesa merced que reverencie con amplio saludo, a la manera de la esgrima antigua, y brinde al cielo por haber tenido la oportunidad y la suerte de conocer a alguien de su sensibilidad en la utilización de la palabra.
Mi Señora, siempre le estaré reconocido. Gracias por el poema, muchas gracias por su amistad.
Maravilloso.
ResponderEliminarCuánto haríamos de otra manera o de la misma o perfeccionado de poder regresar a esa niñez que se nos voló.
Es un poema exquisito
Abrazos a repartir
No sé qué decir, amigo mío, ante tus palabras bellas y amables.
ResponderEliminarEn este silencio que ahora mismo se adueña de mí, acierto a darle las gracias, mi querido Caballero, por su poesía, por su amistad, aprecio y cariño, que sabe usted es mutuo desde hace largo tiempo.
Le agradezco el que haya querido guardar aquí, con los suyos, mis versos dedicados; es para mí un gran placer, una alegría muy grande.
Mi Caballero poeta, un abrazo, muchos besos
Ío
Gracias, TriniReina, por tus palabras, me alegra que te guste el poema.
ResponderEliminarUn abrazo
Ío
TriniReina
ResponderEliminarMe alegra verte por aquí, amiga. Gracias por tus palabras. Celebro coincidir contigo en el aprecio de este hermoso poema.
Un abrazo.
Ío
ResponderEliminarPues que selle el silencio lo que las palabras no pueden decir más.
Un fuerte abrazo, mi querida Señora Poeta.